en otro sol [monólogo de un tonto iii]

En otro sol las cosas serían diferente, por ejemplo: la Tierra tendría anillos... un planeta con anillos es un buen invento. Además, sobre la tierra y el mar no habrían fronteras y viajaríamos a cualquier lugar sin papeles, pasaportes o documentos.
En otro sol, no existiría el primer mundo, segundo mundo o tercer mundo. Estaríamos o todos bien o todos mal, sin diferencias.
En otro sol, sufriríamos todos de una especie de daltónismo racial y no podriamos distinguir entre negros, blancos, amarillos, rojos, verdes o azules.
En otro sol, no solo existiría el caldo de pollo para el alma, sino que también contaríamos con pegamento para corazones rotos.
En otro sol, George W. Bush sería empleado ejemplar de la Casa Blanca... sería... el mejor limpiaventanas.
En otro sol, el dinero lavado perdería su color.
En otro sol, trabajarías 30 horas semanales y el sueldo alcanzaría. No habría televisión basura, las telenovelas no existirían y Don Francisco sería un monje budista. Si, en otro sol, los comunicadores sociales tendrían más sesos que maquillaje y las presentadoras de TV un poquito menos de silicona.
En otro sol, las personas serían valoradas por aquello que no tienen y no por las riquezas acumuladas.
En otro sol, Dios caminaría entre los mortales, habría desistido de su intento de reclutar almas para su lucha contra Satán y se dedicaría a la venta de seguros de vida. Cada dos fines de semana se reuniría con Elvis para beber cervezas y ver juegos de la NFL. Así, pues, sin religiones y sin el Sr. Bush las guerras se reducirían a casi nada.
En otro sol, Jesucristo, debido al fracaso de su padre, usaría la técnica de la multiplicación de panes y peces para luchar contra la hambruna mundial.
En otro sol, las grandes multinacionales compartirían sus ganancias con aquellos que están en lo más bajo de la línea de producción.
En otro sol, 2 + 2 nunca serían 5.
En otro sol, el nepotismo, la corrupción y la burocracia serían un delito. Y como delito grave serían castigados con la pena capital.
En otro sol, no dependeríamos tanto de Texaco y Shell.
En otro sol, aceptaríamos que la vida es una suerte de inexorables casualidades y que, aunque el tiempo marcha a paso invariable, hay noches que pueden ser más largas que otras.
En otro sol, no seríamos nosotros y posiblemente yo no existiría.
En otro sol, las cosas no serían mejores. Solo digo que sería otro sol.

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